La necesidad de sentirnos libres nos llega de vez en cuando, cuando nos creemos dueños de nosotros mismos y nos vemos motivados a liberarnos de esa rutina que nos traiciona, la cual no nos deja ver lo bonito de cada día, la tranquilidad que tenemos algunas horas y el estrés tan estúpido que nos aparecen en otra tantas.
Sentir que la vida no nos llena nos colma de inseguridades y negatividad que nos arrastra a la debilidad donde todo parece ser más fácil ya que todo se basa en la ley del mínimo esfuerzo.