Parece imposible que una caricia pueda calmar los nervios, que un beso termine con las dudas, que una llamada nos haga sonreir y una mirada sea la solución perfecta a la soledad, ya que nos hace sentirnos arropados.
Es genial poder decir "te quiero" y sentirnos tranquilos porque conocemos la respuesta, como si chocase contra un muro y se devolviese...un "te quiero princesa".
Sí, losé, lo sabes: te quiero.